Samsung, Sony y Panasonic pactan un estándar de lentes 3D
Samsung, Sony y Panasonic se han puesto de acuerdo para lanzar al mercado en 2012 un modelo de lentes activos 3D universal que podrá ser empleado en cualquier televisor de estas marcas. Se trata de un paso para seducir al consumidor que no ha entrado en la oferta de televisores 3D como se esperaba. Uno de los problemas, entre otros, ha sido precisamente el de los lentes, que deben comprarse especialmente para cada modelo.
El acuerdo incluye al fabricante de lentes Xpand 3D y los fabricantes trabajarán en los protocolos comunes que permitan que éstas y los televisores 3D de sus marcas se entiendan permaneciendo compatibles con los sistemas ya comercializados este año. El estándar debe estar disponible para los fabricantes en septiembre para que puedan vender los lentes el año próximo. Actualmente, estos fabricantes usan distintos sitemas para la conexión entre lentes y televisor. Samsung ha preferido Bluetooth y los otros dos han optado por infrarrojos.
Por su parte, ya es conocida la apuesta de LG y Philips de impulsar la televisión 3D con una tecnología que permite ver las imágenes en tres dimensiones con unos lentes más ligeros y económicos que las de polarización activa empleadas hasta ahora, porque no llevan pilas ni conmutan la imagen para cada ojo. Son los mismos lentes que se utilizan en los cines y el efecto es muy similar. Debido a que el televisor es algo más barato y sobre todo los lentes, las dos compañías confían en que esta tecnología pasiva contribuya a popularizar el 3D.
Con la tecnología 3D pasiva se emiten dos imágenes simultáneamente, una para el ojo derecho en las líneas pares y otra para el izquierdo en las impares. La pantalla del televisor está polarizada, de forma que con unos lentes también polarizados se ven con un ojo las líneas pares y con el otro ojo las impares. Lo que hace el cerebro es juntar las dos imágenes y crear la sensación de tridimensionalidad. La imagen 3D resultante tiene la mitad de la resolución horizontal, 540 líneas en vez de las 1.080 líneas que puede ofrecer la tecnología activa. Otro de los inconvenientes es que los televisores pasivos se tienen que ver a más distancia que los activos, a un mínimo de metro y medio, para apreciar la sensación 3D.
Lo que hacen los televisores 3D activos es mostrar una imagen completa para el ojo derecho y otra para el izquierdo, a dos o cuatro veces la frecuencia normal de 50 hercios, y se envía una señal a los lentes para que tapen uno u otro ojo correlativamente. La sincronización debe ser muy precisa, porque de lo contrario se ve un parpadeo, un peligro que no existe en la tecnología pasiva.